Cualificado, desde casa y con compañeros robóticos: así será el empleo del futuro

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Las empresas empezarán a valorar la resiliencia, la capacidad creativa o la habilidad para resolver problemas complejos de los próximos aspirantes a un puesto de trabajo

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Apasionados por su trabajo, flexibles, familiarizados con las nuevas tecnologías y capaces de empatizar con sus compañeros humanos y con las máquinas con las que compartirán el puesto de trabajo. Un empleo, el del futuro, que no se va a parecer en nada a lo que conocemos hoy y que se regirá por unos principios que las empresas ya están empezando a aplicar.

Esas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron los ponentes de la mesa redonda organizada por El Confidencial en colaboración con Telefónica bajo el lema 'El empleado digital y las nuevas formas de trabajar' y que se enmarcaba en la Semana Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Los ponentes hablaron del trabajo del futuro, pero este ya se deja entrever en el presente si nos atenemos a las nuevas formas de organización laboral de las grandes compañías.

“La tecnología siempre ha formado parte de las empresas —opina Belén Espejo, responsable de desarrollo de negocio de 'digital workplace' de Telefónica—. Siempre se destinaba una partida presupuestaria al año, aunque más en términos de mantenimiento. Ahora, las empresas se han dado cuenta de que supone una ventaja competitiva”.

Una ventaja que no se mide solo en términos de posesión de 'gadgets' sino en la integración de la tecnología en el día a día. En otras palabras, que un teléfono móvil, una tableta o un portátil tengan un impacto inmediato en la productividad y en la estrategia empresarial. “La movilidad es una consecuencia de la transformación digital de las empresas, no un objetivo", explica Melchor Sanz, director de tecnología y preventa de HP. "Hacer esa transformación no se consigue dando teléfonos, tabletas y ordenadores a los empleados, sino teniendo una fuerza humana alineada con esa estrategia, que desembocará en un entorno de trabajo móvil, virtual y donde impera la colaboración".

Actitud mejor que aptitud

Uno de los puntos en los que también hicieron hincapié todos los presentes fue la importancia de la actitud laboral y de la ética, tanto dentro como fuera del puesto de trabajo. Para Marta Salcedo, responsable de 'workplace intelligence' de Cepsa, las habilidades que se demanden en el futuro serán diferentes: “Las actitudes serán determinantes”. ¿Cuáles serán esas actitudes? Según Salcedo, “la resiliencia, la capacidad creativa o la habilidad para resolver problemas complejos” serán esenciales en el mercado laboral.

Pero en plena era de las redes sociales y de la reputación digital, ser “éticamente responsable” será una habilidad fundamental para el trabajador. “La tecnología o el uso de datos por sí solos no garantizan el éxito. Trabajamos con gente y es importante enseñar habilidades sociales así como perder el miedo a que un puesto de trabajo no sea para toda la vida, porque el empleo será mucho más fácil de conseguir”, afirma José Luis Risco, director de recursos humanos de EY.

Algunos estudios ya hablan del impacto que la inteligencia artificial y la robotización de tareas tendrán en el mercado laboral y cuantifican en 75 los millones de trabajos que desaparecerán. A cambio, se crearán 133 millones de empleos nuevos. “El perfil del futuro estará acostumbrado a interactuar con robots y estará libre de prejuicios culturales. Va a necesitar menos ayuda para adaptarse al cambio porque vivirá en un cambio constante”, afirma Espejo.

La responsable de desarrollo de negocio de 'digital workplace' de Telefónica asegura que muchas empresas están ya implementando medidas para que el trabajador desarrolle su tarea de la manera más eficiente posible: “Usar tecnología sin control no tiene sentido. Yo trabajo orientada a objetivos y los cumplo allá donde pueda conseguirlos mejor. ¿Las ventajas? Mayor eficiencia, producción, satisfacción y, sobre todo, conciliación”. En definitiva, poner al trabajador en el centro de la ecuación laboral para que trabaje allá donde sea más productivo.

En ese aspecto, Salcedo también señala los cambios que ya han implementado en su compañía. “Queremos ser flexibles, rápidos y ágiles. Todos tenemos el mismo portátil para reducir cualquier símbolo de estatus. Nadie tiene despacho para colaborar mejor y para integrar a los jefes en los equipos. En la oficina hay flexibilidad de horarios y se puede trabajar desde casa. Además, en las fábricas los trabajadores por turnos pueden cambiarlos a través de una 'app”.

Nuevos puestos de trabajo

En línea con lo que comentó Randi Zuckerberg unas semanas atrás, en otra jornada organizada por El Confidencial, todos los ponentes señalan el hecho de que el futuro nos depara puestos de trabajo que todavía hoy no conocemos y la robotización de aquellas tareas más repetitivas y menos eficientes.

"La robotización no tiene por qué ser una máquina destructiva de puestos de trabajo", asegura Espejo. Para la responsable de negocio digital de Telefónica desaparecerán, o ya han desaparecido, aquellas tareas "repetitivas que no necesitan un conocimiento extra para aportar eficiencia". Y, en su opinión, sucederá tarde o temprano en la gran mayoría de empresas.

Por ello, Espejo opina que tiene más sentido robotizar ciertos procesos, lo que, además, creará nuevos empleos. Ya sea "en la interacción con las máquinas o en supervisar su correcto funcionamiento", la mano humana seguirá siendo necesaria, aunque este cambio en el paradigma debe ir de la mano de la flexibilidad y la apertura en las condiciones laborales.

Innovación constante

"Cuando Ford implantó el trabajo en cadena, la transformación fue radical. Y la llegada de internet ha acabado con las tiendas de música y con los videoclubes, pero también emplea a personas en Netflix o en iTunes", opina Melchor Sanz, que señala la necesidad de recordar que la innovación es inherente a cualquier negocio y que no es un término que se haya acuñado en las últimas décadas. Ante esa inevitable transformación del lugar de trabajo, Sanz apuntó la necesidad de tener listas las herramientas que faciliten ese cambio tanto con el uso de la tecnología en el lugar de trabajo como con una faceta docente para que los empleados asuman esos nuevos procesos.

Antes de cerrar la mesa, Risco hizo un llamamiento a la calma ya que, en su opinión, la robotización en el trabajo "no supondrá una hecatombre", pero sí deberían servir para introducir cambios en el mercado laboral —"el teletrabajo no está legislado en España o en los países de nuestro entorno"— a la vez que las empresas se adaptan a esa nueva realidad. "Cómo trabajamos hoy no tiene nada que ver con cómo lo hacíamos hace tres años ni con cómo será dentro de 12 meses", zanjó el responsable de recursos humanos de EY.